MINERÍA HECHA EDUCACIÓN
11 de septiembre de 2006

La mano siempre pica, aun en vacaciones, y allí van unas líneas. Ultimamente el tema minero ha estado en el tapete por este boom. Felizmente se llegó a un acuerdo -algo "chicha"- que evitó irse a litigar afuera por una imposición arbitraria y cortoplacista de impuestos a sobreganancias, donde hubiéramos llevado todas las de perder por los contratos de estabilidad y porque ponerse a pelear hubiera significado la retracción de nuevas inversiones mineras. Podríamos haber sido tan "piñas" de imponer las sobreganancias y que justo los precios se caigan, lo que hubiera sido el peor escenario: nada de sobreganancias, poca inversion nueva y hartos juicios afuera. Pero obtenidos estos millones extras anuales, veo que la idea es embarcarse en un ambicioso programa de obras públicas en cada zona. Me temo que mucho de ese dinero va a terminar en monumentos al árbitro y auditorios faraónicos, malgastado (o peor, robado), sobre todo ahora que se ha relajado el SNIP y vienen épocas electorales. Y lo trágico es que precisamente en las zonas donde opera la minería campean los dos más grandes enemigos nacionales: la ignorancia y la desnutrición. Si vas a gastar recursos escasos y extraordinarios, pues úsalos en algo más perenne y valioso que el cemento: la educación. Ese dinero debe exclusivamente utilizarse -paulatinamente, en un fondo que garantice continuidad- en educar y nutrir a todos los jóvenes de las cien comunidades más pobres. Las mineras -con los fondos comprometidos- y las regiones -con el canon- deben contratar a los mejores profesores públicos peruanos (en adecuadas y baratas aulas prefabricadas y con útiles escolares), amén de garantizar un programa nutricional de emergencia (pues desnutridos niños sin hierro en la sangre, sin proteínas en el cerebro y sin fuerzas en los músculos, no aprenden) y cierto ingreso extra a los padres (es trágico, pero los niños son mano de obra y existe un costo en el mundo campesino para mandarlos a la escuela), además de planificación familiar (¡no pueden salir adelante con siete hijos en promedio!). Un chico campesino con una buena primaria (por lo menos; lo deseable es una media completa), occidentalizado (esto sin perjuicio de su cultura andina) y con un buen castellano (sin perjuicio de su quechua o aimara materno) ya está a años luz de su medieval entorno y lo liberas de esa esclavitud de eterna pobreza extrema de sembrar papas en un minifundio y de no tener la más mínima idea de lo que pasa en el mundo. También algo del dinero debería beneficiar a las universidades de la zona. Con Yanacocha al lado, la Universidad de Cajamarca debería ser una de las mejores, una mezcla de la Agraria y la UNI en sus mejores tiempos prevelasquistas. Sin crear porquerías extremistas como esa ayacuchana San Cristóbal de Huamanga de los 60-70, responsable principal del nacimiento de Sendero, señala el director de Correo, Aldo Mariátegui.