EL DEBER Y EL HABER
12 de marzo de 2021

Cualquier plan de negocios elemental o presupuesto familiar básico tiene dos componentes centrales: los ingresos y los gastos. Calzar ambos flujos -siquiera de forma aproximada en un tiempo prudencial- es fundamental para que la empresa no naufrague o la familia no se encuentre en una situación de apremio financiero en el futuro próximo.No obstante, durante el último debate entre candidatos presidenciales organizado por El Comercio e IDEA Internacional, los postulantes ofrecieron solo la mitad de la receta: aquella referida a los nuevos programas, proyectos y gastos que se ejecutarían durante su eventual administración. Cuestionados específicamente sobre la manera en que financiarían estas promesas de campaña, los postulantes ignoraron la pregunta, la malentendieron o, en el mejor de los casos, tuvieron aproximaciones sumamente generales de respuesta.Fue curioso que, por ejemplo, como parte de la explicación sobre las maneras de captar ingresos públicos, algunos candidatos profundizaran en lo opuesto: los modos que tienen en mente de gastarlos. Fue el caso de Daniel Urresti, candidato presidencial de Podemos Perú, quien -aparte de hacer una evasiva referencia a su plan de gobierno aludiendo que "ahí está perfectamente explicado"- incidió en que crearía un fondo de US$1.000 millones para las mypes. Fue también el caso de Yonhy Lescano, candidato por Acción Popular, quien ofreció más inversiones públicas y préstamos subsidiados para pequeñas empresas. Esta última oferta fue también mencionada por la representante de Juntos por el Perú, Verónika Mendoza, junto con más bonos para las familias vulnerables y empleo temporal con planilla pública -todos asuntos que se cuentan en los débitos del Estado más que en los créditos-.