DEPENDENCIA CENTRAL
5 de marzo de 2021

El aparato público peruano, huelga decir, no es pródigo en instituciones sólidas y eficientes. Muchos ministerios y organismos públicos independientes suelen tener alta rotación de funcionarios, políticas erráticas y poco efectivas, baja credibilidad y liderazgos cuestionables.Este no es, por supuesto, el caso de todas las instituciones públicas. Por ejemplo, el Ministerio de Relaciones Exteriores, pese a su lamentable papel en el escándalo relacionado a la aplicación irregular de vacunas, es una institución sólida y seria. Lo mismo se debe decir del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), quizá la principal isla de excelencia del sector público. Si el Perú ha mantenido la inflación más baja de la región entre los países no dolarizados durante las últimas dos décadas, un tipo de cambio estable, y en general una macroeconomía sana, le debe mucho al buen manejo del BCRP.Por eso no dejan de llamar la atención los cuestionamientos que recibe la institución -y en ocasiones su presidente, Julio Velarde- de parte de diferentes partidos en competencia electoral. Ayer, la candidata presidencial de Juntos por el Perú (JPP), Verónika Mendoza, señaló, a propósito de la continuidad del directorio del BCR y de su presidente en un eventual gobierno suyo, que cree que "es importante renovar a los funcionarios públicos en función de su capacidad", dado que "no puede haber vacas sagradas ni intocables en el Estado Peruano". Añadió que le parece "bastante sospechosa" la "obsesión por un personaje que merece mi respeto más allá de las diferencias que podamos tener", en clara referencia a Velarde.