La imparable escalada del cobre, que esta semana rompió la barrera de los 4.361 dólares la libra –un precio que no se veía desde hace una década–, se está viviendo con una mezcla a partes igual de euforia y cautela en Chile, el primer productor del mundo del metal rojo. Euforia porque, cuanto más alta es la cotización del cobre, mayores son los ingresos de las arcas chilenas, diezmadas por la pandemia. (Edición sábado)