La llegada ayer del primer lote de vacunas al país es una excelente noticia. El arribo marca el inicio del final de una pandemia que se ha cobrado la vida de decenas de miles de peruanos. A pesar de la importancia de este primer envío, sin embargo, aún no podemos cantar victoria. El proceso de adquisición de vacunas y de su aplicación será largo, cargado de dificultades, y muy probablemente no sea sino hasta bien entrado el próximo año que podamos dar por cerrado este doloroso capítulo.En los siguientes meses, el Gobierno debe afinar seriamente su gestión logística y la precisión de sus comunicados, áreas en las que no ha tenido el mejor inicio. Como se recuerda, el 6 de enero el presidente Francisco Sagasti informó que, antes de que culminara el mes, aterrizarían en territorio nacional un millón de vacunas de Sinopharm. Dos semanas más tarde y mientras se acercaba la fecha límite, la titular de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), Violeta Bermúdez, dijo que el lote "estaba por llegar", sin especificar cronograma.