Si Lima cuenta sólo con dos gasocentros que expenden Gas Natural (GN), en San Luis y en el Cercado, es por culpa de los engorrosos trámites burocráticos en diversas instituciones estatales, que demoran -en conjunto- hasta un año para dar el visto bueno a la puesta en marcha de nuevas estaciones.Por ello, de presentarse un nuevo percance técnico en alguna de esas estaciones, no sería raro que los 2,500 vehículos que han convertido su sistema a GN tengan que soportar enormes colas para surtirse del energético.El presidente de Pecsa, Pedro Martínez, precisó que obtener la aprobación del estudio de impacto ambiental en el Ministerio de Energía y Minas (Minem) demora unos ocho meses; dos meses más para ser autorizado en todas las instancias del Organismo Supervisor de la Inversión en Energía (Osinerg) y otro tanto en el municipio que corresponda para la respectiva licencia de construcción y de funcionamiento. Martínez planteó, para una pronta solución, otorgar un permiso temporal a las estaciones que ya cuentan con aprobación de Osinerg, con cargo a que subsanen luego el resto de trámites. Indicó, asimismo, que hay tres nuevos gasocentros en construcción y otros cuatro ya cuentan con el visto bueno de Osinerg, en tanto que unos diez están en diferentes trámites en el Minem, Osinerg y en varias municipalidades.