"La única forma de evitar conflictos es que las mineras sean aliadas estratégicas de las comunidades y así lograr una convivencia pacífica", manifestó el gerente de Relaciones Comunitarias y Desarrollo Sostenible de la Región Sudamérica de Barrick, Guillermo Manrique. Destacó que las obras a ser desarrolladas deben ser elaboradas y ejecutadas coordinadamente y de acuerdo con los intereses de las comunidades aledañas al denuncio minero. "Si la empresa no se involucra con la comunidad, siempre ocurrirán conflictos y nosotros sí estamos involucrados. Hacemos un diagnóstico con la comunidad y se define qué se hace juntos; si no es participativo, el proyecto no va", afirmó. Los proyectos deben ser sostenibles, dijo, de modo que aseguren su vigencia después del cierre de la mina.