En una rápida sesión -de apenas cinco minutos- la Junta de Acreedores (JA) de Doe Run Peru decidió posponer el punto clave de su agenda: la aprobación del cambio de destino de la empresa minero-metalúrgica, de liquidación en marcha a liquidación ordinaria.Esto es, su ingreso a un nuevo proceso en el cual se corta el vínculo laboral con los 1.700 trabajadores y también la deuda laboral que venía escalando desde 2012, y que hoy suma US$108 millones (el doble de al inicio).Luis Sierralta, administrador concursal de Doe Run, explicó a El Comercio que lo que se trataba de hacer era regularizar el cambio de destino a liquidación ordinaria, porque el proceso de liquidación en marcha había finalizado el 18 de noviembre pasado.Es decir, que se trataba de formalizar un hecho legal evidente, como lo ha reconocido el mismo abogado de los trabajadores metalúrgicos del Complejo Metalúrgico de La Oroya (CMLO), Douglas Valdivieso.