Pese a que han sido días agitados, el jefe del Gabinete, Jorge del Castillo, no pierde la calma. Ayer cumplió 32 días en el cargo y ya se ha convertido en un experto en la intermediación de conflictos sociales. Con el semblante sereno, Del Castillo hace el recuento de su papel de mediador en todo este tiempo. Su trabajo permitió sofocar la crisis social que estalló entre los campesinos de Combayo y la minera Yanacocha y semanas antes logró que la minera Cerro Verde de Arequipa contentara a las autoridades locales con una donación de cien millones de dólares.Se resiste a reconocerlo, pero finalmente Del Castillo termina por aceptar que no se ha cumplido con la promesa electoral de Alan García de crear un impuesto a las sobreganancias extraordinarias de las mineras. "Yo aprendí algo del presidente Lagos (ex presidente de Chile) que dijo en campaña prometió A, B y Z y que luego se dio cuenta de que estaba equivocado. Hay que ser prácticos, si no se puede el impuesto a las ganancias porque lo dice el Tribunal Constitucional, entonces me siento a conversar con las empresas", argumenta.¿Pero por qué hacer ofrecimientos que no pueden cumplirse?, preguntamos.No tengo ningún problema en reconocer que si te encuentras con una realidad jurídica distinta una vez asumido el gobierno, te adaptas a esa realidad. En campaña electoral no había certidumbre. Si el impuesto a las sobreganancias es inaplicable, entonces tomamos la alternativa B", explica, recalcando que definitivamente no será posible cumplir con esta promesa.Sobre el compromiso del Plan de Gobierno del Apra de revisar todos los contratos para renegociar aquellos que puedan afectar los intereses nacionales, Del Castillo responde que es un tema muy delicado. "Ya se empezó el proceso con el consorcio Camisea. Lo que hay que hacer es perfeccionar los contratos pero sin crear pánico", dice.(Edición domingo).