Quienes queremos que el Perú sea un país del Primer Mundo para la generación de nuestros hijos y nietos, tenemos la obligación de plantear una visión al 2050. No debemos enfrascarnos en la discusión de los últimos 13 o 14 años, que nos han hecho perder tiempo en que hemos desacelerado dramáticamente nuestro crecimiento. Debemos más bien mirar al futuro, usando todas nuestras potencialidades. Desde la industria minera, proponemos el aprovechamiento de nuestras fortalezas y ventajas comparativas, esencialmente nuestro importante potencial geológico, para sustentar económicamente la inversión en educación y la transformación requerida para competir en tecnología e innovación y aportar a un mejoramiento radical de nuestro Índice de Desarrollo Humano.Es indiscutible que la minería contribuye a la mejora de la calidad de vida de la población, a través de la generación de empleo y riqueza para nuestras regiones. Aportó en la última década, más de S/. 85 mil millones en impuestos y otros gravámenes, de los cuales, S/. 38 mil millones fueron destinados a las regiones vía canon y regalías, manifestó Carlos Gálvez, expresidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE).