Desde Lima, muchos observadores han visto la serie de levantamientos en Loreto como un capricho o una estrategia para extraer dinero a las empresas y el Gobierno.Carlos Paredes, expresidente de PetroPerú, no está de acuerdo. En su opinión, los loretanos tienen demandas que son justas, pero se enfrentan con una realidad objetiva, y es que el Estado está ausente en Loreto."Durante décadas, el Estado ha sido incapaz de proveer los bienes y servicios básicos que la población loretana reclama. Entonces ¿cómo se hacen notar? Lo único es tomando acciones contra las empresas petroleras, ya sea que se trate de PetroPerú o de privados", explica.El blanco escogido no es gratuito. Las organizaciones indígenas conocen muy bien que la producción de petróleo es la principal fuente de empleos, ingresos fiscales y movimiento económico de Loreto.De allí sus ataques contra la infraestructura petrolera, una estrategia "que deslegitima sus reclamos", según Paredes.