Los momentos de crisis ponen enorme presión sobre las autoridades para intentar solucionar inmediatamente los apremios de la ciudadanía. Deudas, despidos, subempleo y otras dificultades propias de una recesión reclaman atención urgente. Y si bien no todo problema puede ser resuelto en medio de una caída histórica de la producción y el empleo, no faltarán quienes lo intenten. Cuando este escenario se configura, la respuesta políticamente motivada puede ser peor que la enfermedad y terminar por profundizar la crisis inicial.Este es el ciclo que han seguido distintas iniciativas de ley desde el inicio del estado de emergencia a mediados de marzo. El último caso, y muy posiblemente el más peligroso, es el intento por congelar por 120 días el pago de toda deuda en el sistema financiero y condonar por seis meses los intereses compensatorios y moratorios. El predictamen todavía sigue en discusión en las comisiones del Congreso.Si bien se entiende la motivación de la iniciativa –que en realidad agrupa tres proyectos de ley de temática compartida–, la solución para las familias y empresas con dificultades para pagar sus créditos no puede venir a costa de poner en riesgo el sector financiero en su conjunto. El presidente del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), Julio Velarde, normalmente moderado en sus declaraciones públicas, afirmó que los congresistas "están jugando con fuego" y que "es una irresponsabilidad que creo que la historia, si lo aprueban, en algún momento va a señalarles". Y agregó: "Si no queremos una recesión masiva donde la caída no sea 12% sino 40%, no se puede permitir que los depositantes pierdan sus ahorros".(Edición domingo).