Parecía un 'reality show', solo que en el Salón Dorado de Palacio de Gobierno y teniendo por protagonistas al presidente Alan García y a las autoridades de Cayara, comunidad ayacuchana en la que murieron 60 campesinos, a manos de fuerzas del orden, en 1988.Mas ni por asomo se mencionó ayer ese hecho, que obligó a García a presentarse como testigo --en setiembre del 2005-- ante la jueza que investigaba a 111 militares por las muertes que se produjeron durante su primer gobierno. Tampoco se mencionó la casualidad de que García convocara la reunión cuando se cumple un aniversario más del informe de la Comisión de la Verdad, en el que se recordó lo sucedido en Cayara.En este contexto se desplegó la cita dirigida por el presidente, en la que, con gesto de estadista, iba preguntándoles a los pobladores --incluida una transmisión en vivo del canal del Estado-- cuáles eran sus necesidades.Pero no solo escuchaba, sino que, queriendo dar muestras de ser un presidente ejecutivo que resuelve los problemas de inmediato, pedía a voz en cuello a sus asistentes que lo comunicaran por teléfono con sus ministros.