El domingo, Panorama reveló un video en el que se apreciaba a Richard Cisneros, alias Richard Swing, quien cobró más de S/175 mil al Ministerio de Cultura desde 2018, jactándose de haber "botado" y "renunciado" a la exministra Guillén.Al revelarse la escandalosa contratación de Cisneros, el presidente Vizcarra aseguró que esta se pudo producir por la participación de Swing en la campaña de 2016. Sin embargo, días después, aseguró que a su gobierno se entraba por méritos y no por tener carné partidario. Aquello no solo es contradictorio, sino que es una burla en cadena nacional. Cisneros cobró 30 mil soles en abril, en plena pandemia, mientras que el discurso populista del presidente y del premier se centraba en el impuesto solidario a los ricos, cuando, en realidad, el Ejecutivo estaba siendo excesivamente solidario con Cisneros, pero utilizando el erario público.En este gobierno diversos escándalos han reventado y el Ejecutivo, utilizando una estrategia irresponsable y poco transparente, se conformó con minimizarlos y apartar a los "escandalosos", como Petrozzi y Trujillo, ministros muy cuestionados que se fueron sin rendir cuentas. Pero si el presidente piensa que haber apartado a la exministra Guillén de Cultura calmará los cuestionamientos, se equivoca, dado que es el propio presidente quien tiene que dar explicaciones, puesto que Cisneros está en el ministerio desde julio de 2018; es decir, seis ministros de Cultura y tres presidentes del Consejo de Ministros han pasado y ninguno cuestionó aquella contratación.El presidente debe aclarar cuál es su verdadero vínculo con Cisneros y, mientras tanto, los ciudadanos nos preguntaremos cuántos Swings hay en otros ministerios, señala Andrés Romaña.