Además del impacto a la salud pública, la pandemia por el COVID-19 ha remecido el comportamiento del mercado. Con consumidores cada vez menos dispuestos a comprar y empresas que deberán optar por un giro rápido de su negocio o ser adquiridas por una corporación para sobrevivir. Las fusiones serán inevitables.Un reporte de inicios de mayo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) -bloque al que el Perú apunta ingresar el próximo año- advierte el aumento de solicitudes para "fusiones de rescate" a nivel internacional, es decir, de adquisiciones de empresas que pueden estar en bancarrota. Sin un buen análisis de estas operaciones, se podrían aceptar fusiones "con costos mayores a largo plazo", refiere.No obstante, en Perú, el Ejecutivo ha decidido aplazar la vigencia de la denominada ley de fusiones empresariales de agosto de este año, hasta marzo del 2021, por lo que hasta esa fecha las fusiones y/o adquisiciones que se realicen y tengan impacto en el mercado local no estarán sujetas al control previo de fusiones empresariales, del cual estaría a cargo el Indecopi.