El martes el Ministerio de Trabajo aprobó un Decreto Supremo en el que señala que las empresas deberán aplicar otras medidas -adelanto de vacaciones, reducción de horas de trabajo y salarios-, antes de recurrir a la suspensión perfecta de labores. Sin embargo, aún existen vacíos y contradicciones que alientan la inequidad entre empresas y trabajadores, además de sumar una gran incertidumbre económica en estos últimos.Para comenzar, es necesario recordar las declaraciones de la titular del MTPE, Sylvia Cáceres, en una reunión virtual de la Organización Internacional de Trabajo (OIT). "Los pequeños negocios, principalmente microempresas, han hecho saber al gobierno su incapacidad con cargo a condenarlas a la inviabilidad económica de mantener este esquema. Por eso, se ha aprobado una norma que permite a este tipo de empresas optar por la suspensión perfecta".En ese sentido, las mypes serían las beneficiarias, pero cuando la norma se aprobó -el 13 de abril- no se detallaba así y, por ende, dejó abierta la posibilidad de de que la licencia sin goce de haber sea utilizada hasta por las grandes compañías. Tras esto, empresas como Graña y Montero, Cineplanet, Nessus Hoteles Perú (Casa Andina Perú) enviaron sus solicitudes de suspensión, así como otras que lo hicieron incluso antes de que se publique el decreto. Ahora, en solo una semana 7.124 empresas ya solicitaron suspender a 84.345 trabajadores -de este total, 44.713 pertenece a medianas y grandes empresas, es decir el 76% del total. Al respecto, Fernando Cuadros, exviceministro de Empleo, consideró que serán más trabajadores suspendidos. Y estimó que 3,8 millones de empleados -el total del sector formal- quedarían en el aire al ser incluidos bajo esta modalidad.