Cada vez que una crisis ha sacudido al mundo, tanto la comunidad internacional como los estadounidenses han confiado en la capacidad de quien ocupa la Casa Blanca para asumir un papel protagónico y liderar el camino hacia la normalidad. Ocurrió, por ejemplo, con John F. Kennedy y su manejo criterioso del conflicto por los misiles soviéticos en Cuba y, aunque mucho puede decirse de las consecuencias a largo plazo de sus decisiones, ocurrió con George W. Bush inmediatamente después del 11 de setiembre del 2001 (registró niveles inusitados de aprobación).Hoy, el país norteamericano está siendo duramente asolado por el coronavirus. La nación tiene más de 600 mil casos confirmados y más de 25 mil muertos -cifras muy por encima del resto del mundo-, y el manejo de la emergencia del presidente Donald Trump ha dejado mucho que desear.