Con más de 820.000 casos de coronavirus confirmados en todo el planeta y con los millares de muertes que la rápida expansión de esta pandemia ha generado, el mundo está sumamente pendiente de la forma en que los distintos gobiernos han decidido abordar la crisis. En ese sentido, una de las medidas más difundidas, y que la administración de Martín Vizcarra está llevando a cabo en el país, es la del aislamiento social obligatorio, que pretende reducir al mínimo la posibilidad de contagio evitando el contacto entre las personas.Aunque la pertinencia sanitaria de este tipo de decisiones es respaldada por gran parte de los expertos en la materia, sus efectos secundarios también son ampliamente conocidos, como su impacto en la economía (una cuarentena general congela gran parte del aparato productivo de los países) y la posibilidad de que las facultades extraordinarias concedidas al poder político puedan desembocar en abusos de diversa índole. En esa línea, el reconocimiento de ambas consecuencias ha motivado diferentes, y a veces indignantes, actitudes en algunos líderes mundiales que han apelado a la irresponsabilidad o al oportunismo ante la crisis.