Mientras el número de pacientes infectados por el coronavirus aumenta en una proporción que no por previsible resulta menos preocupante (al momento de escribir estas líneas ya eran 234 los casos confirmados en todo el territorio nacional), el Gobierno ha optado, acertadamente, por endurecer las medidas restrictivas de la circulación. El toque de queda y el incremento de la severidad en el control de la circulación de vehículos y peatones a las horas en las que eso no está absolutamente prohibido son, en efecto, disposiciones que se han hecho necesarias por la irresponsabilidad de individuos y empresas que creyeron, al parecer, que el virus estaba dispuesto a hacer una excepción con ellos.Ahora la inmovilidad social será cumplida, de buen grado o no, por un segmento mucho mayor de la población y, por lo tanto, la posibilidad de propagación de la infección disminuirá de forma importante: una consecuencia de la que solo tendremos noticia en varios días más. Como hemos dicho ya aquí, las cosas van a empeorar antes de empezar a mejorar. Pero mejorarán.