Cinco días antes de que se eligiera oficialmente al consorcio ganador de la concesión del proyecto gasoducto sur peruano (GSP), anunciado el 30 junio del 2014, la empresa brasileña Odebrecht ya tenía certeza de que ganaría esa licitación junto a Enagás. Por ello, decidió firmar un contrato de transferencia de acciones con la peruana Graña y Montero, que se convirtió en su socia oculta, el 25 de junio del 2014.Así lo reveló ayer Rodney Carvalho, ex director ejecutivo del Gasoducto Sur Peruano, en un largo interrogatorio ante el equipo especial de la fiscalía para el Caso Lava Jato, realizado en Curitiba, Brasil. El arquitecto brasileño presentó los contratos que confirman esa versión.De acuerdo a Carvalho, la ex primera dama Nadine Heredia se opuso a que Graña y Montero integre el consorcio que ganaría la licitación del GSP. Por ello, Odebrecht y Graña y Montero simularon que no irían juntas, pero suscribieron acuerdos para garantizar sus vínculos.