Estoy leyendo la resolución que formalizara la investigación preparatoria en el caso Gasoducto. Y debo confesar que me he quedado corto en los artículos que desde setiembre del 2014 he venido escribiendo, con una cierta frecuencia, sobre el gasoducto y otros megaproyectos.Es que al leer la evolución de los proyectos Kuntur y Gasoducto Sur Peruano (GSP) desde sus inicios, aderezada con las declaraciones de los diversos colaboradores eficaces, documentos oficiales de entidades del sector público (MEF, Energía y Minas, ProInversión, etcétera), estoy verificando que el alcance y profundidad de la maquinaria puesta en marcha para lograr la mayor concesión de la historia de nuestro país (US$ 7,328,654,511) era mayor de lo que originalmente había previsto. El nivel de facilidades que recibió Odebrecht del sector público es asombroso. Y desearía ilustrarlo, por ahora, solo con dos ejemplos,señala el economista Manuel Romero Caro.