En el Perú existen más de 4.600 grifos que operan de manera legal. Esto significa que cuentan con el registro de hidrocarburos y permisos municipales. Solo en Lima funcionan 1.055. "Pero hay plantas escondidas, a puertas cerradas, que operan bajo la fachada de venta de balones de gas de uso doméstico y los vehículos van ingresando uno por uno para abastecerse porque el gas de uso doméstico es más barato que el vehicular", dice Renato Lazo, gerente general de la Asociación de Grifos y Estaciones de Servicio del Perú (Agesp). Lazo asegura que también hay locales ‘formales’ que realizan malas prácticas, como abastecer a los vehículos de gas licuado de petróleo (GLP) sin respetar los protocolos de seguridad.