Gas es la palabra que más han mencionado los peruanos en estos últimos días, debido a su asociación con la tragedia ocurrida en Villa El Salvador, la cual tuvo su origen en una deflagración de GLP o gas licuado de petróleo.Hablamos, acá, de un tipo específico de gas: el propano -butano, bastante conocido por su envasado en balones de 10 kilogramos.Se trata del combustible más usado por los hogares peruanos, pero no necesariamente del más barato, abundante o seguro. De allí que el Gobierno se encuentre comprometido en sustituir su uso por el del gas natural, combustible que el Perú sí posee en abundancia y que ha demostrado ser menos riesgoso, gracias a su composición físico-química (se disipa rápidamente) y a la estricta regulación que lo rodea. "Frente a la alternativa de usar un combustible que producimos en exceso y otro que debemos importar [el GLP], es que tenemos la intención de masificar a fondo el gas natural", apunta Juan Carlos Liu, ministro de Energía y Minas.Objetivo del Minem y del Gobierno es llevar este hidrocarburo a 1,5 millones de hogares en todo el Perú al cierre del 2020. Esto es, 400 mil conexiones domiciliarias más respecto a las 1,1 millones acumuladas a fines del 2019.