La historia del Perú en los últimos años ha sido la de una tragedia griega en la que los personajes protagónicos, debido a hechos y decisiones fatales, se vieron llevados a un conflicto que acabó en la destrucción mutua. En el proceso, siempre venció la fuerza negativa, la incapacidad de construir, de separar la paja del trigo.Todo comenzó con la derrota de Keiko Fujimori, luego de haber alcanzado mayoría absoluta en el Congreso y de llevar 8 puntos de ventaja en las encuestas dos semanas antes de la segunda vuelta, ventaja que empezó a perder desde que un programa dominical propaló una bomba que no era un informe periodístico sino un operativo político. No pudo digerir el resultado, y la fatalidad de tener 73 congresistas sin el Ejecutivo la llevó a ejercer un poder negativo. En parte por eso, en parte por sus propios actos, el ganador casi fortuito de las elecciones, PPK, perdió también la presidencia y luego la libertad.Mientras tanto, el equipo de fiscales que recibía las revelaciones acerca del gran corruptor brasileño puso diligentemente la puntería no tanto en los sobornos, que eran delito, sino en las donaciones de campaña, que no lo eran, ofreciendo al pueblo el espectáculo del encarcelamiento plebiscitario de Humala, Nadine y sobre todo de Keiko Fujimori, que ni siquiera había sido gobierno, señala Jaime de Althaus.