El 31 de diciembre de este año, la vieja refinería de Talara paralizará temporalmente sus operaciones, indicó a El Comercio el presidente de Petro-Perú, Carlos Paredes. La suspensión se da con el fin de interconectar las nuevas unidades de producción -a cargo de Técnicas Reunidas- con las ya existentes. Tras ello, Paredes espera que la nueva refinería entre en operación a fines del primer trimestre del 2021.Para cumplir esa meta, los contratistas deberán seguir el plan de trabajo ya establecido. "Si se demora más, lo cual no está en los planes pero es posible, nos va a salir más caro", precisó Paredes a El Comercio.Actualmente, el monto de inversión estimado por el proyecto de modernización es de US$4.692 millones, sin considerar los costos hundidos ni de financiamiento. Este monto anunciado en mayo fue superior al estimado en febrero (US$4.304 millones).