El desgaste del diálogo entre el gobierno central, la empresa y los gobiernos locales, la falta de interlocutores favorables al proyecto y la poca disposición a sacrificar capital político, harían poco probable que Tía María salga de la congeladora en el mediano plazo.El Ejecutivo no ha logrado aún generar espacios de diálogo con la zona. "Está claro el estancamiento entre ambos gobiernos, central y regional", señala Guillermo Shinno, exviceministro de Minas.La relación con Southern Copper estaría en una situación similar.