Bajo la consigna "agro sí, mina no", miles de ciudadanos de Valle de Tambo alzaron su voz de protesta contra el proyecto minero Tía María por considerar que la actividad contaminaría el agua y, por consiguiente, perjudicaría su fuente de trabajo: la agricultura. Tras 26 días de paro, Arequipa sufrió pérdidas acumuladas por más de US$800 millones, lo que afectó al 50% de la población económicamente activa.¿Pueden convivir la minería y la agricultura para generar desarrollo? La respuesta es sí. Las poblaciones aledañas a la mayoría de proyectos mineros del país se dedican a la agricultura o a la ganadería. Es comprensible, entonces, que se preocupen por el acceso al recurso hídrico. Las compañías mineras, por ende, deben asegurar la disponibilidad del agua como punto de partida. Pero los gobiernos regionales y locales también tienen que contribuir orientando los recursos del canon minero hacia la realización de proyectos de infraestructura hídrica para generar una agricultura próspera y moderna, señala Milton von Hesse, ex ministro de Agricultura, y de Vivienda, Construcción y Saneamiento.