Lejos de calmar las aguas, la suspensión de la licencia de construcción de Tía María (Arequipa) ha exacerbado los ánimos de todas las partes: de los mineros, que ven en esto una pésima señal para las inversiones, y de los opositores al proyecto, que consideran la medida como un ardid del Ejecutivo."Esto no va a permitir ninguna tregua. En este momento la reacción de la población es peor a la que hemos vivido en estos días, porque vemos un engaño del Gobierno", ha señalado Jesús Cornejo, presidente de la Junta de Usuarios de Valle de Tambo.Y en medio de todo, la minería del sur y la economía de Arequipa siguen paralizadas. Según un conteo realizado por la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa, las pérdidas acumuladas hasta el viernes 9 de agosto, por 26 días de movilizaciones (iniciadas el 15 de julio) y cinco días de huelga (iniciadas el 5 de agosto), ascienden a US$814 millones.De ellos, US$500 millones corresponden a exportaciones de mineral de cobre no concretadas (US$20 millones por día) y US$314 millones a pérdidas anotadas por los sectores de servicios, comercio, manufactura, turismo y agro.Manuel Fumagalli, presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), ha advertido que los operadores de estas minas están llegando al límite de su capacidad de resistencia, pues hasta el pasado jueves llevaban 25 días sin recibir insumos del exterior y no tenían más espacio para almacenar mineral.La situación es crítica, pues una unidad minera cuenta con ambientes habilitados para almacenar mineral por hasta 30 días (en promedio) después de los cuales debe frenar su producción para no violar regulaciones ambientales. Para que ello ocurra, faltarían pocos días.