La semana pasada señalamos que el hecho de que un gobernador como el de Arequipa sin apoyo en su región, cuestionado, denunciado, sin presencia mediática, y con actitudes desafiantes e irresponsables-ponga en jaque al Ejecutivo, era una muestra clara de la debilidad y falta de capacidad del Gobierno para enfrentar y solucionar problemas propios de su gestión.Nos quedamos cortos. Después de escuchar y ver al presidente y al gobernador al salir de la reunión del miércoles en Arequipa, se puede afirmar que: si un actor político -del nivel de la autoridad regional arequipeña- ha jugado mejor sus cartas y le ha ganado la partida al presidente y a su gabinete, eso nos da una idea de la pobreza del manejo político, la inconsistencia, y hasta el temor que reina en el Ejecutivo, señala el periodista Enrique Castillo Paredes.