DE QUÉ CALLADA MANERA
25 de julio de 2019

El gobernador regional de Junín, Vladimir Cerrón, es un socio costoso para quien quiera labrar un proyecto político a su lado. Por una parte, arrastra la sombra de serios cuestionamientos por supuestos actos de corrupción durante su gestión anterior en ese mismo cargo; y por otra, tiene un historial de declaraciones y actitudes que lo perfilan como un dirigente izquierdista a la vieja usanza. Es decir, dispuesto a justificar las dictaduras si sintoniza ideológicamente con ellas y xenófobo en un sentido lato (esto es, con una aversión innata a lo que le resulte ‘ajeno’, ya sean minorías o extranjeros).