Del éxtasis al desencanto. La incertidumbre en torno al desarrollo de Tía María (Arequipa), pese al auspicioso otorgamiento de su licencia de construcción, ha ocasionado que los agentes económicos revalúen sus proyecciones económicas para el 2019. Así, el BCR estima que el sector minería e hidrocarburos ya no crecerá 3,2%, sino 2,2%. Mientras que la SNMPE y Compañía de Minas Buenaventura prevén que la inversión en minería no alcanzará US$6.000 millones, como asegura el Ministerio de Energía y Minas (Minem), sino US$5.600 millones o menos. En esa misma línea, el Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado (COES) alerta que la demanda eléctrica podría crecer menos de lo esperado en los próximos años (menos de 5% anual), debido a la oposición social a Tía María y a la ausencia de otros megaproyectos."El elemento determinante es el desarrollo de la minería", afirma su presidente César Butrón. Dado este escenario pesimista, el COES visualiza que la sobreoferta de generación eficiente (hidroeléctrica y a gas natural) no se acabará en el 2022, como se estimaba hasta hace poco, sino en el 2024 o 2025.Eso significa que no urgirá encender permanentemente las centrales a diésel del nodo del sur (Ilo y Mollendo) a partir del 2022. En vez de ello, el Gobierno tendría más holgura para llevar el gas natural a ambas centrales -para su conversión energética- y evitar así, que los precios de la electricidad se disparen (hasta 20 veces) por el uso intensivo del diésel, caro y contaminante.