La economía peruana no está como para dejar de lado operaciones de la magnitud del proyecto minero Tía María, menos aún en un escenario en el que las cifras proyectadas de crecimiento económico anual se van encogiendo conforme pasan los meses.A diferencia de la pretendida construcción de un almacén para minerales en el terminal portuario de Paracas, del cual hemos venido informando, en la provincia de Islay, en Arequipa, donde se encuentran los distritos de Punta de Bombón, Cocachacra y Dean Valdivia, y donde también se encuentra el yacimiento cuprífero de Tía María, no hay ninguna reserva natural en riesgo.La agricultura de la zona, de encomiable tradición, mantiene sus cultivos a respetable distancia del proyecto minero. Alternar con ese desarrollo solo generará oportunidades a las familias que habitan en el hermoso Valle de Tambo. La agricultura y la minería moderna conviven en los países más desarrollados. Y si tenemos en cuenta que se trata de una inversión de 1,400 millones de dólares que, en los últimos años de acercamientos entre la empresa y la población, ha desarrollado programas sociales y obras en favor de los habitantes del Valle, es imposible pensar que la concreción de Tía María no impactará positivamente en la economía de la región y de la nación.