CRECIMIENTO. El resultado del PBI de abril (apenas un avance de 0.02%) fue en cierta medida una cuantificación de lo que piensan los peruanos sobre el manejo de la economía. Según Pulso Perú, el 71% siente que el Gobierno solo se está concentrando en la lucha contra la corrupción y en la reforma política, y no en resolver los problemas económicos del país. El problema se agudiza por la falta de voluntad política del presidente de asumir su liderazgo también en temas económicos. Esos problemas, según la opinión pública, son la falta de empleo y la insuficiencia de sus ingresos, aunque en el primero de ellos quizás se refieran a la escasez de empleo formal -pues el informal continúa creciendo-.La política económica lleva varios lustros sin lograr formalizar la economía, y aunque el ingreso per cápita del Perú es uno de los que más han aumentado en América Latina durante este siglo, esa evolución se ha estancado a causa de la desaceleración del PBI. Desde el 2017, la economía peruana ha registrado siete trimestres de desaceleración y solo dos de expansión por encima del PBI potencial.Pero en ninguno de esos casos el crecimiento fue casi nulo, como sí ocurrió en abril pasado. Eso se debe, en primer lugar, al efecto estadístico, pues la valla impuesta por el resultado de abril del año pasado (7.9%) era demasiado alta, de modo que lo sorprendente no es que el PBI se haya mantenido, sino que no se haya contraído. Ello a pesar de la fuerte caída de la manufactura, que no pudo sobrepasar su propia valla (más de 20% en abril del 2018). Los otros sectores que cayeron fueron pesca y minería e hidrocarburos. Los demás sí crecieron, aunque en algunos casos a una menor tasa.