INACCIÓN. La inseguridad ciudadana ha vuelto a ser el principal problema del país, según la última encuesta de Ipsos. Lo había sido desde el 2011, pero el año pasado fue superada por la corrupción. Quizás los avances en la lucha contra este delito hayan hecho que la opinión pública coloque nuevamente en el tope de sus preocupaciones un asunto que la afecta directamente y sobre el que no observa esfuerzos para encontrarle solución.De hecho, lo que la población está haciendo ante la persistencia de la delincuencia común es cambiar sus hábitos, para evitar asaltos. De acuerdo con el informe semestral de Seguridad Ciudadana del INEI, el 21.1% de habitantes de las ciudades de más de 20,000, ha dejado de realizar actividades como contestar el celular en la calle, llegar muy tarde a casa, salir de noche, llevar mucho dinero en efectivo, tomar taxi en la calle o salir a caminar.Se podría argumentar que estas medidas de precaución son adecuadas, pero en realidad, lo que está ocurriendo es que una quinta parte de residentes urbanos está renunciando a la cotidianeidad, obligada por el miedo. En otras palabras, la delincuencia está ganando terreno y está arrebatándoles a las personas libertades que creíamos haber recuperado hace más de dos décadas, pues se están autoimponiendo "toques de queda".