Algunas empresas privadas generadoras de electricidad se benefician de una situación absurda que el Estado ha creado y otras se perjudican. Ni unas ni otras son responsables. Su negocio es generar utilidades. Es el Estado el que ha inetrferido el libre mercado hasta crear una distorsión de la que ahora ya no sabe cómo escapar. El Estado es el responsable.La distorsión que el Estado ha creado permite controlar el precio en el mercado Spot. Por debajo de 10 dólares por megawatt-hora (MWh), algunas empresas compran para luego vender energía generada por otras empresas -las hidroeléctricas-, y se hacen de un beneficio de 15 dólares por MWh. Si el precio en el mercado Spot reflejase los costos reales de producción, las hidroeléctricas cobrarían 24 dólares por MWh y no 10.Como siempre, he ahí la consecuencia de la interferencia del Estado en el mercado: una pérdida de decenas de millones de dólares cada año.