SANEAMIENTO. El lago Titicaca no ha recibido el trato que exige su significancia histórica, social y económica, por lo menos del lado peruano. Su mayor padecimiento ha sido la contaminación de sus aguas, causada por el vertimiento de los desagües de las ciudades que lo circundan, un problema que se acentuó a medida que la población aumentaba y las autoridades (locales, regionales y nacionales) no hacían mucho para encontrarle solución.Ese deterioro podrá revertirse si la concesión del Sistema de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de la Cuenca del Lago Titicaca camina bien y no enfrenta obstáculos operativos ni políticos. La licitación fue adjudicada la semana pasada al consorcio mexicano Fypasa Construcciones SA de CV y Operadora de Ecosistemas SA de CV, cuya propuesta económica representará un mayor ahorro para el Estado que las de sus tres competidoras (dos españolas y una francesa). El valor referencial del proyecto suma S/ 863 millones y la concesión será por 30 años.