La crisis en Las Bambas vuelve a situar a la conflictividad social como el principal desafío de la minería en el Perú. Y los inversionistas globales lo tienen claro.En el momento más álgido de las protestas en el corredor minero del sur, un alto ejecutivo de Morgan Stanley solicitó a Mark Cutifani, CEO de Anglo American, que aclare si dicho malestar podría extenderse a Quellaveco (Moquegua). Tranquilamente, el ejecutivo británico contestó que no, porque su representada se había preocupado de tejer una relación muy sólida con las comunidades moqueguanas, basada en el entendimiento cabal de los beneficios que aportará la mina."Cuando el Gobierno Peruano habla de modelos de desarrollo minero, se refiere a Quellaveco", anotó.