"Desde el punto de vista económico, Madre de Dios es una zona abandonada que se la ha satanizado: se la ve como una zona de minería ilegal e informal y sin principios. Leí que era el Hiroshima peruano. Pero es el área con la mayor cantidad de áreas protegidas del Perú, un área donde deberían estar los mejores manejos forestales", contó a El Comercio Fred Inti, director de Comercio Exterior de la Cámara de Comercio de Madre de Dios. La minería ilegal e informal, además de los daños medioambientales que pueden ocasionar en el territorio nacional, terminan perjudicando la imagen entera de una región como la de Madre de Dios, confirma Inti.