El conflicto social a lo largo del corredor minero entre Apurímac y Cusco acaparó las noticias en las últimas semanas. Las comunidades pertenecientes al corredor demandaban mayor presencia del Estado y el avance de un plan de desarrollo en la zona.Parte de estos objetivos se pudieron haber cumplido con un buen uso de las transferencias que los gobiernos locales en Apurímac reciben, provenientes de los pagos de regalías contractuales a raíz de la operación minera Las Bambas. Lo transferido no es poco.Las regalías contractuales son los pagos que realiza una empresa minera por explotar los recursos minerales de sus concesiones. En el caso de Las Bambas, los pagos se realizan mensualmente y representan el 3% de los ingresos netos que se obtienen por la venta de los minerales extraídos. Las regalías son recibidas por los gobiernos locales, el gobierno regional y las universidades de Apurímac.Según ley, estos ingresos se pueden utilizar únicamente en el financiamiento de proyectos de inversión productiva, aunque recientemente el primer ministro, Salvador del Solar, mencionó que propondrá que se puedan contratar médicos y maestros con cargo a canon o regalías.El ingreso de regalías mineras ha incrementado significativamente el presupuesto público en la región, principalmente de los gobiernos locales. Entre el 2015 y 2018, el presupuesto total de los gobiernos locales en Apurímac aumentó de S/907 millones a S/ 1.230 millones, un incremento de 35,7%.