Había más de 500 personas en el estadio de Chalhuahuacho ayer para la reunión de escucha y diálogo con el primer ministro Salvador del Solar. Eran comuneros de Chalhuahuacho y alrededor de 40 comunidades. Pese a todo, salió bien. Fue preparada diligentemente, con una agenda bien definida y un guion claro en el que se precisaba quiénes iban a hablar, en qué orden y cuánto tiempo cada uno. No hubo desorden. Hablaron cerca de 30 presidentes de comunidades y otras autoridades. Por Fuerabamba, sin embargo, hablaron su presidente Rojas y su vicepresidente Vargas, el joven radical de 25 años que insistía en lo imposible: liberar a los hermanos Chávez.Del Solar estuvo bien, sencillo, llevando empatía y sensatez a la vez y sin caer en grandes ofrecimientos. Se desprende de lo escuchado que habrá una nueva reunión el martes con ministros para abordar el primero de ocho temas. Y luego otras reuniones. Podríamos decir que el conflicto inmediato ha sido resuelto.Pero el problema es que si no se instala una institucionalidad permanente y proactiva en el corredor minero, los esfuerzos voluntaristas de Del Solar y los ministros se marchitarán pronto y el proceso volverá a fracasar. Cuántas veces han ido ministros, se han comprometido y al final nada. El propio presidente Vizcarra, entonces ministro de Transportes, ofreció un plan cuyo avance ahora se reclama. Del Solar le ha encargado a la ministra del Midis coordinar a los demás ministros en la atención de los compromisos, pero ella tiene otras cosas que hacer. Puede funcionar por un tiempo, pero luego, pasada la emergencia, la concentración se diluirá hasta la siguiente crisis, señala Jaime de Althaus.