El atractivo del Perú como país de destino para las inversiones en petróleo y gas continúa disminuyendo.Abonan a ello los recientes ataques a la infraestructura petrolera por parte de nativos armados (lote 95 y Oleoducto Norperuano) y la continua devolución de lotes de petróleo y gas por empresas que no pueden ingresar a trabajar, particularmente, en la selva.No sorprende, por tanto, que nuestro país haya caído 19 peldaños en el ránking 2018 de regiones más atractivas para invertir en hidrocarburos del Fraser Institute.Según el think tank canadiense, Perú se ubica ahora en la posición 63 entre 80 países, solo encima de Bolivia (72), Ecuador (74) y Venezuela (80) en Latinoamérica."El descenso en el 2018 ha sido sustancial, encontrándonos en el cuartil inferior del ránking", anota la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE). De acuerdo a Fraser Institute, este declive se explica por el incremento de la percepción de riesgo de los inversionistas en cuanto a la estabilidad política y el cumplimiento del marco regulatorio en nuestro país. Una mirada más atenta, devela, sin embargo, los problemas estructurales del sector.