Con una perspectiva más histórica, el período presidencial que va del 2016 a 2021 será hasta ahora recordado por diferentes hitos claves entre los que se cuentan, sin duda, la renuncia del presidente Pedro Pablo Kuczynski, el destape y manejo del escándalo vinculado a la corrupción en el sector construcción, y el fenómeno de El Niño costero (FEN) del verano del 2017, así como el posterior proceso de reconstrucción que motivó.Y, al igual que en los primeros dos casos, el sabor que deja la reconstrucción del norte tiene más de amargo que de positivo. Desde el inicio, la estrategia que siguió el gobierno fue poco clara, con procesos tradicionales de inversión pública acoplados a otros más expeditivos, una Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC) que compartía confusamente espacios y responsabilidades con los ministerios y gobiernos subnacionales -quienes a su vez también desafinaban entre ellos-, y presupuestos y metas que se iban modificando sustancialmente conforme avanzaba el año.