Colombia y Bolivia nos ganan con su avance en la masificación del gas natural. Bolivia puede exportar al mundo su gas con un gasoducto a construir en el país, eso trae inversión y trabajo. Lo importante es cómo se negocia con el gobierno boliviano. Puede servir para necesidades no atendidas en Puno y otras ciudades de la sierra. La idea es concursar un operador privado a cargo de esta tarea. Pero se debe evitar que se convierta en competencia desleal o dumping. También hay que cuidar el uso político. No se puede anunciar ajustes en la regulación que luego no se hacen, eso le quita predictibilidad y credibilidad al Estado, señala Pedro Gamio, exviceministro de Energía.