Las grandes reformas son difíciles porque casi siempre hay algún grupo organizado que se beneficia de la actual situación y presiona para evitar el cambio.En el caso del mercado de trabajo, son sin duda las centrales sindicales las que ejercen la función de guardianes del statu quo. Su actuación en el marco del Plan Nacional de Competitividad y Productividad (PNCP) ilustra claramente lo que ha sido su labor de defensa de un modelo, a todas luces, disfuncional y excluyente.Como se recuerda, lo esbozado en diciembre pasado en la Política Nacional de Competitividad y Productividad -insumo principal para la elaboración del PNCP- era ya una versión diluida, con un diagnóstico menos severo sobre las rigideces del mercado laboral, de lo prepublicado meses atrás.