"A través de un juego con las válvulas de aire, sabíamos que estaban bien. Por ejemplo, mediante la tubería de aire, un minero desde el exterior cerraba la válvula y del otro extremo los mineros atrapados lo abrían. Eso les permitía saber a sus compañeros que estaban bien porque no había otra forma de comunicación con ellos", cuenta el ingeniero Cornelio Ramos Alania, director regional de Energía y Minas, al recordar el dramático rescate de cuatro mineros al interior de la mina Pampahuay, en el sector de Chilinca Baja, provincia de Oyón, en la sierra de Lima, el último domingo. Este código, conocido entre los mineros de la zona en caso de accidentes, les permitió a sus compañeros de rescate tener la certeza de que estaban con vida y a los atrapados la fortaleza mental para calmar la ansiedad por salir tras el derrumbe ocurrido a 35 metros de la bocamina.