El Gobierno Central y las grandes mineras deben examinar con atención los históricos acuerdos logrados por las fuerzas vivas de Arequipa y la minera Cerro Verde para posibilitar aportes económicos extraordinarios que se apliquen al desarrollo local y regional.Como lo señaló el presidente Alan García, se trata de una cuestión de equidad que no debe crear conflictos jurídicos (por la vigencia de contratos de estabilidad), para que las ganancias por el alto precio de los minerales sean compartidas.En este contexto, hay que saludar el éxito de la convocatoria a las grandes mineras. El reto ahora es encontrar un mecanismo práctico y equitativo para concretar esta idea, lo que demanda la participación de las más altas autoridades del Ejecutivo, pero también de representantes de la sociedad civil y las comunidades, para evitar conflictos sociales. Igualmente debe convocarse a consultoras técnicas e independientes.La responsabilidad social de las empresas implica que estas den atención preferencial a las comunidades donde operan. En tal sentido, el caso de Arequipa y Cerro Verde ha demostrado que el diálogo --y no la violencia-- es el camino para resolver los conflictos. Destaca la buena disposición de los pobladores, que se sentaron a dialogar sin agendas politiqueras; y también de Cerro Verde, que ha dado muestras de una responsabilidad social que otras empresas mineras deberían imitar. (Edición sábado).