REFORMA JUDICIAL. Fue necesario extender un día más la legislatura -que ya había sido ampliada- para lograr que la ley que crea la Junta Nacional de Justicia (JNJ) pudiera ser aprobada y, aun así, conseguir los 78 votos a favor no fue tarea sencilla. A las comisiones de Justicia (en manos oficialistas) y Constitución (en manos del fujimorismo) les costó mucho trabajar de manera conjunta para preparar un dictamen que, finalmente, no logró convencer del todo.Aunque el tema de la paridad fue el que más ruido generó, lo cierto es que no se trata de la ausencia más notable de la norma. Es verdad que se trataba de un ofrecimiento del Ejecutivo, pero en una institución que lo que desea es contar con profesionales de primer nivel, no parece lógico darle preeminencia al género antes que a las capacidades. Resultaba más importante impedir a quienes estuvieran incursos en un proceso judicial postular para ser miembro de la JNJ y no esperar hasta que contaran con una sentencia firme. El tiempo que demoran los juicios en el país y las malas experiencias vividas con otras autoridades elegidas con procesos en curso deberían haber sido razones suficientes para optar por otro camino. La idea, se supone, es que los nuevos miembros del JNJ sean personas de conducta intachable.