En el 2009, las agroexportaciones se convirtieron en el principal sector de exportación no tradicional -desplazaron a textiles y confecciones- y desde entonces no han dejado de crecer, ni siquiera en el periodo en que los envíos totales de productos peruanos al extranjero se contrajeron (2013-15). Ese sostenido dinamismo ha estado siendo apuntalado por la constante ampliación de la oferta, generalmente siguiendo las tendencias del mercado exterior.Eso significa que las agroexportaciones peruanas han ocupado nichos que eran suministrados por otros países. Por ejemplo, sucedió con el aumento de los embarques de quinua -pasaron de US$ 77.8 millones en el 2013 a US$ 196.4 millones en el 2014-, que afectó la exportación boliviana del cereal. El año pasado ocurrió con los arándanos -pasaron de US$ 360.9 millones en el 2017 a US$ 589.9 millones-, generando problemas a los agricultores en Argentina.