Para recuperar el mermado prestigio del sistema democrático --y antes el de sí mismo--, el nuevo Congreso debe trazar desde ya una clara agenda nacional, para lo cual es importante que la elección de las comisiones parlamentarias y sus presidencias sea finalmente idónea y transparente. Por ello, si bien es cierto que la tradición asigna las comisiones según el número de congresistas de cada agrupación, a la hora de designar a sus miembros y las presidencias la Mesa Directiva y los voceros tienen que ser muy cautelosos para mantener criterios de racionalidad, eficiencia, trayectoria profesional y moral pública.Dentro de este marco, si finalmente se decidiera mantener la Comisión de Fiscalización, esta debería ser liderada por un grupo de oposición y no por el Apra, ya que se trata del partido del gobierno al que prioritariamente habría que evaluar.Tampoco es conveniente que el grupo fujimorista presida las comisiones de Constitución o de Justicia, que deben dictaminar sobre acusaciones, inhabilitaciones o cambios legales. Ya algunos de los nuevos congresistas manifestaron equivocadamente su intención de utilizar los mecanismos parlamentarios para lograr la impunidad del ex presidente prófugo. Además, cómo olvidar que el régimen fujimorista dio un autogolpe en 1992 y suspendió el orden constitucional, por lo que no tendría autoridad moral para presidir la comisión mencionada.En cuanto a la bancada humalista, en vista de la previa conducta golpista de su líder, de los antecedentes populistas en la campaña y de su controvertida vinculación a Hugo Chávez, pues no debería asignársele ni la comisión de Defensa ni la de Trabajo ni la de Relaciones Exteriores. El país no está ya para experimentos ni para soportar el protagonismo demagógico, clientelista, huachafo e improductivo de algunos presidentes de comisión como los que hemos tenido hasta hace poco.La ciudadanía espera señales claras de una nueva orientación del manejo congresal. Las comisiones son un medio para ello y no un fin, como pretenderían algunos desubicados e irresponsables.