En ciertas ramas de la epistemología, la capacidad de predecir eventos en base a supuestos y observaciones previas es fundamental en cualquier ciencia que se precie de serlo. Vista así, la ciencia económica tiene aún mucho camino por recorrer: su incapacidad de anticiparse a crisis financieras, a tendencias que revolucionan los mercados o incluso a tasas de crecimiento del producto es todavía patente. Ello no impide, sin embargo, que se pueda ensayar un panorama realista de la situación económica del Perú en este 2019 basado en tres frentes: la economía externa, la economía interna y la política. Desde el frente internacional, la situación parece estable -con una tasa de expansión global proyectada de 3,6% este año (casi idéntica a la del 2018), y EE.UU. y China creciendo a paso saludable- pero aún sujeta a varios riesgos. Las tensiones comerciales entre estos dos países, el desenlace final del ‘brexit’, la volatilidad creciente de los mercados financieros internacionales, la debilidad de algunas economías emergentes como Argentina o Turquía, la reducción proyectada de los precios de los commodities, entre otros, pueden hacer mella sobre las expectativas de este año. En un mundo cada vez más interdependiente, ignorar estos factores puede llevar a errores de política interna graves, o a adjudicar responsabilidades o mérito donde no corresponde.(Edición domingo).